Críticas
Arthur Rambo
Arthur Rambo (Francia, 2021, 87 min.). Dir.: Laurent Cantet. Int.: Rabah Nait Oufella, Antoine Reinartz, Aleksandra Yermak, Sofian Khammes, Anaël Snoek. DRAMA.
Como ese cirujano siempre certero y diestro con el bisturí, Laurent Cantet disecciona la sociedad que lo rodea, poniendo en el centro del relato al individuo/colectivo. En esta ocasión quien lo ocupa es un (anti)héroe, esa voz de la nueva generación surgida de la banlieue que en cuestión de horas se convierte en un apestado que aquí tiene el rostro de Rabah Nait Oufella –que repite con Cantet tras rodar juntos en La clase –, y que parte de la historia real del escritor, reportero y bloguero Mehdi Meklat, que vivió una situación casi idéntica .
Vértigo en las redes. Además, el director de Recursos humanos deviene observador privilegiado de esa sociedad en llamas perpetuas de un tiempo a esta parte. Para retratar el auge y caída de ese héroe de los suburbios que se quemó las alas cuando acababa de tomar vuelo, coge prestadas las hechuras de un thriller vertiginoso –un Límite: 48 horas más bien peculiar– donde todo sucede tan rápido, tal vez demasiado, como en ese universo paralelo en forma de monstruo que devora a sus criaturas que son las redes sociales, en el que parece que todo es verdad y a la vez mentira.
Preguntas sin respuesta. Y como siempre, lo hace de manera sutil y equilibrada, huyendo del artificio, tomando la distancia oportuna y dejando que sea el espectador quien busque sus propias respuestas a las preguntas que plantea (¿se trata de un error de juventud? ¿Realmente pensaba lo que escribía o era simple provocación? ¿Es aceptable difamar bajo la coartada de la libertad de expresión?), si es que la tienen, porque todos sabemos que las buenas preguntas son aquellas que no tienen respuesta. Y que asimismo, a la vez sea la audiencia quien juzgue a ese joven repudiado por todos, lleno de ambigüedades y antaño embriagado de odio que decidió escupir veneno en la red para expresar esa rabia juvenil no contenida y que ahora ve como su futuro se evapora.
Equilibrado y sutil, Cantet huye de la película de tesis y decide no condenar a su criatura, pero tampoco exculparla –se agradece que no lo convierta en un cordero devorado por los lobos–. Y todo, mientras desnuda las contradicciones y la hipocresía de la sociedad moderna, apuntando el tema de la cultura de la cancelación y ofreciendo un más que creíble retrato de esa Francia fracturada, pero trasladable a cualquier país del mundo. Porque el mundo está lleno de Karims.
Blai Morell
Ent. con Laurent Cantet en núm. 2.141
ESTRENO: 22 ABRIL
PARA ESPECTADORES INQUIETOS Y ACTIVOS A LOS QUE NOS LES GUSTA QUE LES DEN TODO HECHO.
que Cantet no tome partido y el trabajo del
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