EL TURISMO ESPAÑOL PRESIONA EL ‘RESET’
Confiar es como tocar con la punta de los dedos una certeza. No hay un conocimiento seguro, pero se le acerca, porque se espera firmemente que algo suceda. Luego está la confianza ciega, que es más un acto de fe, un desafío al búmeran de la decepción. Ya decía un Quevedo de mente aguda que “el mayor despeñadero es la confianza”. Claro que, sin subyugarnos a ninguna venda, confiar también acarrea superar miedos, por lo que al clásico del Siglo de Oro le respondería un Nobel del ‘54 como Hemingway que “la mejor manera de saber si puedes confiar en alguien es confiando”.
De los que confíen, cuánto confíen, cuándo y en quién lo hagan dependerá en gran medida la velocidad de despegue del turismo –el español y el internacional– tras más de tres meses agarrotado por la crisis global del coronavirus. Cree la Organización Mundial del Turismo (OMT) que “la confianza es la nueva moneda de nuestra ‘nueva normalidad’ y que el turismo está en una posición ideal para ser el vehículo que canalice esa confianza”. Emplazamiento capital por ser motor económico de la Unión Europea y de España muy en particular. Su peso en la UE se traduce en un 10,3% del PIB y un 11,7% del empleo total, a saber, 27,3 millones de trabajadores. A
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