Disiento
Jun 15, 2020
3 minutos
Ricardo Raphael
Dos conductores van en sentido contrario enceguecidos porque llevan ácido en los ojos. No es necesario adivinar el resultado. Sólo la suerte podría salvarlos de una funesta colisión.
El problema es que no son sólo dos los sujetos intoxicados quienes conducen a toda velocidad. De un lado y otro suman muchos los que han perdido de vista el camino y con ello toda proporción de la realidad.
No tiene sentido repetir aquí los números agregados que bien conocemos. El saldo de personas, en el mundo y en el país,
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