LOS RIESGOS DEL CÓDIGO «E» EN LOS ALIMENTOS VIVIR SIN ADITIVOS
El 70% de nuestra dieta se basa en alimentos procesados y se considera que es la mala alimentación la responsable del 21% de las muertes evitables. A pesar de todo, aunque parezca increíble, los aditivos tienen defensores. No faltan nutricionistas – cercanos a la industria– que los alaban por su utilidad, sobre todo para mejorar la conservación de los productos, asegurando también que son inocuos, porque se consumen en cantidades mínimas y han superado los controles sanitarios legales.
Es muy parecido a lo que ocurre con los transgénicos. Esta actitud contrasta mucho con la muletilla «no está suficientemente demostrado», a la que se aferran como clavo ardiendo los cientificistas cuando se les terminan los argumentos. Además, las verdades de la ciencia de hoy no suelen durar tanto como imaginamos, antes de ser sustituidas por otras.
Pero deberían añadir «a día de hoy…» porque no sabemos si mañana alguno será prohibido al aparecer nuevos estudios sobre su toxicidad.
¿Son seguros? Un ejemplo de lo anterior es lo que ocurrió en 2006 con los conservantes E-216 y E-217 al descubrirse su efecto perjudicial sobre el sistema endocrino. Hoy todos conocen sus nocivos efectos secundarios y su toxicidad, y sin embargo siguen apareciendo en.)
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