MARCHA HACIA LA EXTINCIÓN
PRIMERO APARECE UN PUNTO NEGRO A LA DISTANCIA. OTROS PUNTOS SE LE UNEN PARA FORMAR LÍNEAS SERPENTEANTES A LO LARGO DEL RECIÉN NEVADO PAISAJE DE HIELO.
“De repente, se escuchan las primeras llamadas”, dice el fotógrafo Stefan Christmann. Así es como él se da cuenta: “Guau, las aves vienen de regreso”.
Es finales de marzo en la bahía de Atka, en la Tierra de la Reina Maud de la Antártida, 4325 kilómetros al suroeste del extremo sur de África. Christmann ha esperado más de dos meses a que los pingüinos emperador –los más grandes de todos, con casi un metro de alto y hasta 41 kilogramos de peso– regresen de alimentarse en el mar.
Su plan es quedarse con los casi 10000 pingüinos de la colonia en la bahía de Atka durante el invierno, por segunda vez. Pasó aquí el invierno hace cinco años
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