LAS ISLAS DE LA MAGDALENA CANADÁ
Cuando caminas sobre hielo marino es fácil olvidar que debajo de ti se extiende un océano. Este mundo gélido se queda en lo esencial: un cielo increíblemente azul, el sol radiante que rebota en una capa de nieve fresca, el viento que vibra como un chelo, blancura por todas partes.
Percibo un coro distante de llanto de crías y me quedo quieta, escuchando. Es un momento hermoso que quiero disfrutar antes de sacar mis cámaras. Me percato de un movimiento ligero en una de las crestas de nieve más adelante: una aleta miniatura que se mueve con suavidad y torpeza. Es un cachorro acurrucado dentro de una pequeña cueva de nieve, moldeada por su calor corporal y movimiento mientras se protege del viento. Está teñido con un toque amarillo debido al líquido
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos