Los héroes vestidos de blanco
Desde el sábado 14, cada noche el silencio de las calles y avenidas semidesiertas de Madrid se rompe con el estruendo de los aplausos y los silbidos desde las ventanas, balcones y terrazas de los edificios; la gente lanza gritos de “¡Bravo!” o “¡Viva la sanidad pública!”. Es el pueblo confinado en sus domicilios que rinde homenaje colectivo a los trabajadores de la salud que se enfrentan a una terrible pandemia.
En París, mientras tanto, al presidente Emmanuel Macron le faltan superlativos para celebrar el heroísmo de todo el personal médico de los hospitales públicos de Francia, que está en primera línea de la lucha contra el covid-19, “ese enemigo invisible, escurridizo y que va ganando terreno”, según las palabras del mandatario galo.
Y la emergencia sanitaria despertó en la población italiana un sentir de agradecimiento hacia médicos, enfermeros y personal sanitario, pero también hizo recordar los recortes que el sistema público de sanidad ha sufrido en los últimos 10 años.
El sistema sanitario público de Italia se ve desbordado ante la crisis del coronavirus, lo que llevó a las autoridades italianas a tomar decisiones extremas, como la habilitación inmediata de unos 10 mil estudiantes licenciados en medicina,
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