Laurence Olivier
Nacido el 22 de mayo 1907 en Dorking, Surrey, Inglaterra, y fallecido el 11 de julio de 1989 en Steyning, Inglaterra, víctima de un fallo renal, Laurence Kerr Olivier paseó su 1,78 metros de estatura por los escenarios, la pantalla grande y la televisión en una de la más brillantes carreras cinematográficas como actor y director acometidas por un ciudadano británico a ambos lados del Atlántico.
A mediados del siglo XX, era uno de los reyes del teatro inglés junto con Ralph Richardson y John Gielgud. Y cuando decidió dedicarse al cine acumuló una filmografía repleta de títulos claves a lo largo de más de cincuenta trabajos ante las cámaras, destacando en varias décadas. Incluso en su madurez, era una institución en todo el mundo como estrella cinematográfica y, al mismo tiempo, había desplegado su influencia también en destacadas interpretaciones para la pequeña pantalla.
Este gigante de la interpretación del siglo XX no había nacido en una familia vinculada con la actuación. Su padre era un clérigo que le guio hacia la carrera de actor. Laurence era el más joven de los tres hijos que tuvo el matrimonio formado por el reverendo Gerard Kerr Olivier y Agnes Louise Crookenden. Mayores que Laurence eran su hermana Sybille, que había nacido en 1901, y su hermano Gerard Dacres, que había nacido en 1904.
Siguiendo los pasos de sus hermanos
El futuro actor era descendiente de hugonotes franceses por parte de padre, y buena parte de los hombres de su familia paterna habían sido clérigos protestantes. Su propio padre quiso salir de esa especie de tradición y comenzó trabajando como maestro de escuela, pero al llegar a la treintena fue ordenado sacerdote de la Iglesia de Inglaterra. Su carrera como clérigo no tuvo mucho éxito, y era habitualmente enviado a cubrir puestos de sustituto con carácter temporal. Eso marcó la vida de sus hijos, que fueron cambiando de localidad siguiendo los pasos de su errante padre.
La tendencia al nomadismo de la familia quedó interrumpida cuando Laurence contaba cinco años y su padre consiguió un puesto fijo en Pimlico por espacio de seis años, aunque eso no resolvió la distancia que lo separaba del más joven de sus hijos. Laurence se llevaba mejor con su madre, que murió cuando él tenía solo doce años, pérdida que le dejó marcado, pero en lo referido a formarse como actor,
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