Seychelles Islands
Africa’s Best Kept Secret
“Aguas cristalinas, un horizonte interminable y espectaculares puestas de sol”: esta descripción puede referirse fácilmente a miles de lugares en el mundo; sin embargo, en este caso, las Islas Seychelles son el centro de este retrato. Pero, ¿cómo puede este archipiélago en el Océano Índico ser diferente de cualquier otro lugar con las mismas características? La respuesta no es complicada si realmente ponemos atención a su historia, geografía y cultura. Estas islas estuvieron deshabitadas durante la mayor parte de su historia registrada. Los primeros rastros de la ocupación humana indican que, en el siglo XVI, marineros de diferentes partes del mundo cruzaban las islas. Hoy en día, las 115 islas del archipiélago reciben a miles de turistas cada año. Su belleza natural y sus amigables residentes hacen de este paraíso un lugar ideal para la navegación y las actividades acuáticas. Las islas están divididas en dos: el Grupo de Islas Interiores y el Grupo de Islas Exteriores. Las islas de Mahé, Praslin y La Digue se destacan orgullosas como el centro de este paraíso natural a solo 420 kilómetros (260 millas) de África continental.
El imperio inglés llegó a estas islas vírgenes en el cuarto viaje de la Compañía Británica de las Indias Orientales. Las islas se convirtieron en un punto de paso común para los piratas que viajaban de Asia a África y viceversa, hasta 1756, cuando la primera Piedra de Posesión fue colocada en la Isla de Mahé por los franceses. El nombre de Seychelles fue elegido en honor a Jean Moreau de Séchelles, el Ministro de Finanzas de Luis XV. En 1810, Gran Bretaña tomó el control exclusivo de las islas y se convirtieron en una colonia de la Corona. Permanecieron
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