Futuro Genderless
Una de las tendencias que sin duda estaremos viendo hasta la temporada otoño-invierno 19es la de trajes sastre inspirada en el movimiento y una igualdad de género que logró abarcar las pasarelasy elementos imprescindibles en el armario masculino tales como corbatas, cinturones y sombreros, rompiendo así las reglas previamente construidas colectivamente. Sin embargo, en la historia de la moda, no resulta sorpresivo el continuo atractivo e inspiración por la androginidad. Desde el icónico a cargo de Yves Saint Laurent y capturado por Helmut Newton en 1975, o una moderna Diane Keaton en Annie Hall (1977, película a cargo de Woody Allen), hasta tiempos actuales, donde resulta ser una prenda habitual femenina como un símbolo de liberación. Aunque este no siempre fue el caso para este impactante que llegó a ser vetado en hoteles y restaurantes -de acuerdo con una famosa anécdota contada por Nan Kempner, neoyorquina de la época- en los años sesenta. Otros momentos históricos del andrógino se deben a la creatividad de la diseñadora Coco Chanel, quien fue de las pioneras en portar y diseñar pantalones femeninos, antes y durante el contexto de la Segunda Guerra Mundial, donde las mujeres empezaron a tomar el lugar de sus esposos, por lo que era necesario impulsar una vestimenta más libre. El desafío de ponerse algo que no incluyera faldas o vestidos resultó controversial, cosa que poco importó a Yves Saint Laurent, quien afirmó sobre su : ‘‘Para una mujer, el esmoquin es una prenda indispensable para sentirse bien siempre, porque tiene que ver con el estilo, no con la moda”, filosofía que llevamos hasta el día de hoy, donde los géneros binarios se han vuelto cada vez más flexibles.
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