Reyes y guerre ros
A pesar de que la civilización egipcia ya existía en el IV milenio a.C., su desarrollo militar era escaso. El desierto que la rodeaba por el este y el oeste era una excelente protección y le permitía estar a salvo de grandes invasiones, a diferencia de los pueblos mesopotámicos, abiertos a las correrías de los pueblos vecinos. Ello le llevó a descuidar el desarrollo del ejército, en comparación con las civilizaciones que entre el Tigris y el Éufrates se estaban creando simultáneamente.
Un ejército pequeño
El Alto y Bajo Egipto se unificaron hacia 3100 a.C. bajo la autoridad del mítico primer gran faraón Narmer, fundador de la Dinastía I. Él fue el primer monarca guerrero, pues no sólo se impuso al Bajo Egipto sometiendo a los habitantes del delta, sino que posiblemente también expulsó a nómadas extranjeros que se habían instalado en la región. Sin embargo, los datos sobre su persona son muy escasos y hasta confusos, dada su lejanía en el tiempo y los muy pocos rastros arqueológicos remanentes.
El ejército era de infantería, siendo su fuerza principal la guardia del faraón: reducida pero bien entrenada.
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