La vuelta al mundo de la ciencia
Si ha habido una expedición determinante para la Historia de la ciencia, esa es sin duda la que realizó alrededor del mundo el bergantín HMS Beagle de la Royal Navy (la Marina Real británica) entre 1831 y 1836. Gracias a dicho viaje, el estudio de muchas ciencias naturales –botánica, zoología, paleontología, geología y, por supuesto, biología humana– dio un salto de gigantes donde el desarrollo de las teorías evolutivas fue la joya de la corona. Y eso que, de partida, nada parecía indicar que fuera a tener semejante trascendencia: tanto el objetivo inicial como la duración prevista de la aventura oceánica eran muchísimo más modestos.
La travesía, continuación de otra anterior de naturaleza cartográfica que había hecho el Beagle en 1826-1830, se proponía completar, a lo largo de unos dos años, el estudio de las aguas y el clima de las zonas costeras de Brasil, Uruguay, Argentina y Chile, con especial atención a las regiones de Tierra del Fuego y Patagonia, y levantar mediciones y planos detallados de sus litorales, así como de algunas islas del Pacífico. Pero una casualidad, que se demostraría muy
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos