Nacidos para la gloria
COMO LA PALMA DE MI MANO. He bajado esta carretera miles de veces, ya he perdido la cuenta. Un tramo perfecto para probar cualquier máquina que caiga en mis manos. El segmento hatchback siempre ha llamado mi atención; su competencia es tan feroz que ha generado modelos tan perfectos que, año tras año, veo cada vez más difícil mejorar sus prestaciones, y más si hablamos de variantes deportivas, como las que no acompañan hoy. Dos frentes abiertos desde Alemania y uno desde el lejano Japón.
Por la carretera en la que tantas alegrías he tenido me hallo con el nuevo Mercedes-AMG A35, con el que es pan comido trazar las sucesivas curvas a una velocidad inusitada. La tracción es altísima; su potencia muy lineal y su comportamiento muy equilibrado. A su lado descansa el compacto de “ojos rasgados”; el Honda Civic Type R luce una de las estéticas más agresivas que hemos visto desde hace años, pero es algo que le da una personalidad única. Sin embargo, nada más subirte, entre los asientos del Mercedes y los del Honda hay un salto importante, y al posar mi trasero en el alemán no puedo evitar “torcer el morro”. Son muy llamativos, no me malinterpretes, con una calidad de materiales inmaculada, pero ese hueco detrás de ti –como si estuviera preparado para llevar arneses de competición– esgrime una estética muy deportiva, aunque la excesiva altura de la banqueta hace que puedas
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