Hecho a mano
UN MONO LÁNGUIDO de cara azulada cuelga cerca del techo de la sala de estar en la casa de la diseñadora británica Caroline Weller en Jaipur, Rajastán, el estado desértico del norte de la India. Resulta difícil distinguir a qué especie pertenece (su mueca sugiere un macaco; la cola, un langur). Pende de un trampantojo a modo de tracería de falsas ventanas de casi 5 metros de largo y 3 metros de altura; es lo primero que ven los visitantes al entrar en la casa contemporánea de techo plano, construida de acuerdo con los principios del Vastu Shastra hindú, que busca una alineación con los elementos de la naturaleza. El primate observa una habitación pintada de rosa flamenco, más rosada incluso que las murallas de terracota que rodean la ciudad vieja a pocos kilómetros de este tranquilo enclave residencial.
Pero el mono no es meramente decorativo: su presencia es documental. Los macacos llevan
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