NISSAN ME LLEVA AL LÍMITE
UNA MAÑANA DE 2010, Mayra González abrió los ojos y no podía hacer más que mirar al techo. Un accidente automovilístico le había dejado sin la posibilidad de mover sus extremidades. Su recuperación le tomó un año, tiempo en el que dependió de la ayuda de otros para llevar a cabo los aspectos más elementales de su vida.
“No podía mover nada más que mi cabeza. La vida se me pasó viendo el techo y siendo dependiente”, contó Mayra a unos días de volar hacia Yokohama, Japón, para asumir su cargo como directora de Ventas Globales de la automotriz Nissan el 1 de septiembre.
Como sucede con experiencias de esa magnitud, después de eso aprendió a apreciar lo más simple de la vida, desde bañarse sola hasta salir a trabajar, ver el sol, sentir el frío, comer con los amigos… “La gente lo damos por hecho, pero la verdad es que son regalos de todos los días”. También reforzó su convicción de que no hay límites para lograr lo que se propone y que, en todo caso, las únicas barreras a superar son las mentales.
“Me dijeron que nunca más volvería a caminar, que no iba a poder tener hijos, no iba a hacer muchas cosas… y (ahora) veme”.
Ni en ese momento perdió de vista lo que quería ni cambió los planes que comenzó a forjar cuando inició su carrera en Nissan, en los que estaba un puesto a nivel internacional.
Con franqueza y seguridad afirma que esa posición no es obra de la casualidad. “Yo sabía lo que quería hacer, a dónde quería llegar. Sabía que quería ser presidenta de Nissan Mexicana y después hacer una carrera
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