RESCATA A EMPLEADOS, AGOBIA A EMPRESAS
HACE CUATRO AÑOS, lo que parecía un simple cuadro de estrés para Eduardo García terminó en un infarto cerebral. En octubre de 2015 comenzó con síntomas de confusión y problemas para enfocar con el ojo derecho, y un día, en plena reunión de directores, sintió un adormecimiento del lado derecho del rostro y que no podía hablar bien. “Después solo recuerdo estar entrando al hospital con una compañera del trabajo”, relata Eduardo, director de Mercadotecnia en aquel entonces.
Eran los síntomas de un infarto cerebral. Los médicos bombardearon a su familia con preguntas sobre su vida laboral y personal, cuánto trabajaba, si hacía ejercicio, si tenía un ambiente hostil con sus superiores... El evento no tuvo consecuencias severas y se reincorporó un mes después al trabajo bajo vigilancia médica.
“El infarto no fue solo por un tema laboral: intervinieron otros factores, pero para los doctores lo indujo la ansiedad que vivía en el empleo de ese momento”, refiere García. Lo cierto, agrega, es que la dinámica laboral en la compañía era muy hostil.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), 43% de los mexicanos padecen estrés laboral: es la respuesta adaptativa de las personas ante riesgos psicosociales en el trabajo; es decir, ciertas situaciones o eventos del ambiente laboral, de la actividad que se lleva a cabo y
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