¿Qué pasaría si un día despiertas y no recuerdas nada?
Todos estamos hechos de recuerdos, de memorias propias y colectivas, los cuales nos conectan con lo que somos en esencia, esos mismos que se encargan de ubicarnos cuando perdemos el rumbo y necesitamos ver de frente al Sol para encontrar el norte. “Atrás ni para tomar impulso”, nos han enseñadode Gabriel García Marquez, ilustrada por Luisa Rivera. Mi reacción inicial fue llamar a mi mamá en Colombia, sin importar la hora, y contarle, con la misma emoción de aquella niñita cuando leyó por primera vez esa historia, y ella, que me conoce desde entonces, no dudó un minuto en saber que 38 años después no solo sigo siendo la misma, sino que además siempre seré su niña. Ese objeto lleno de hojas me conectó con todo: recordé que hace poco, en una de esas exageraciones que trato de hacer regularmente para sobrellevar mis fracasos amorosos, me preguntaron si volvería con mi ex esposo, dije: “Sí, claro, solo nos dimos un tiempo y estamos esperando que pasen 30 años para irnos en un viaje en barco por el río Magdalena cuando él sea Florentino Ariza y yo me pueda presentar como Fermina Urbino”.
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos