LIFESTYLE
No solo autos, también obras de arte
Rolls-Royce y la casa joyera artesanal Fabergé han colaborado para crear un huevo Fabergé imperial. El grado de ‘Imperial’ se dio solo para las creaciones más complejas y extravagantes de la firma, comisionadas por el zar Alejandro III y luego por su hijo, Nicolás II, hasta que fueron depuestos por la Revolución Rusa en 1917.
Desde entonces no se había creado uno. El nuevo huevo Fabergé Imperial contiene en su centro una figura del Espíritu del Éxtasis, el símbolo eterno de Rolls-Royce, esculpido a mano en roca de cristal, encerrado por un mecanismo móvil de oro blanco tan complejo, que su realización requirió simulaciones por computadora y microingeniería, y claro, las manos expertas de los artesanos de la casa Fabergé. Incrustaciones de amatista y diamantes en cada una de sus piezas, y una base de oro blanco sólido
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