Por qué no acabas el…
QUIZÁ SEA LA LIMPIEZA DEL GARAJE. Tal vez se trate del documental que haces por hobby. A lo mejor estás… escribiendo un artículo para Men’s Health. Sin importar cuál sea el proyecto, el ciclo suele ser el mismo: te embarcas en el viaje sintiéndote emocionado y capaz. Después de unos días, una semana, quizás un mes, hay cajas medio vacías por todos lados, materiales de referencia sobre la mesa del comedor, herramientas en el pasillo. ¿Y qué estás haciendo en lugar de acabar tu proyecto? (¿Estás jugando Fortnite? ¿Esos son Cheetos?)
De acuerdo con la profesora Rosabeth Moss Kanter, de, hay un motivo por el que muchos de nosotros tenemos una cocina a medio pintar en nuestra conciencia. Entre la emoción de empezar un proyecto y la felicidad de acabarlo, hay un punto medio interminable en el que el entusiasmo disminuye y tu esfuerzo toma la apariencia del fracaso. “La parte media es en la que el proyecto se vuelve difícil y tienes que enfrentar la realidad”, comenta Kanter. Tardas más de lo que esperabas, resulta más costoso... Quedarte atorado a la mitad es tan predecible, admite Kanter, que puedes planearlo y quizá hasta prevenirlo. Tus mejores movimientos:
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