Pasando el rato con el jugador más en forma de la NBA
en el centro de Miami y la American Airlines Arena está envuelta en silencio, no hay autos por el Biscayne Boulevard ni botes cruzando la bahía. En una camioneta Ford Expedition negra llega Jimmy Butler con sus bocinas portatiles Bose que suenan con las canciones de Florida Georgia Line. En el fondo, el cuatro veces NBA All-Star sigue siendo un chico de un pequeño pueblo de Texas, y este ritmo lo hace sentir en su zona. Butler necesita estar ahora mismo en su zona. Apenas lleva un día en Miami, no ha desempacado, pero necesita entrar de vuelta a la acción. Ahora está caminando por el estacionamiento para llegar al gimnasio y entrenar con su coach de rendimiento, James Scott. Si Butler va a tomar el lugar que dejó Dw yane Wade en el Miami Heat, no hay días de descanso. O en este caso,
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