Roman Polanski Primera etapa

El debut de Polanski como director de largometraje lo llevó a cabo con solo tres actores, dos de los cuales, los más jóvenes, no tenían experiencia previa como intérpretes profesionales. Filmada en Polonia, El cuchillo en el agua contó con la música de jazz compuesta por su colaborador habitual en la primera etapa, Krzysztof Komeda, y con el saxo de Bernt Rosengren para aportarle una pincelada de jazz. El director se arriesgó en ese debut en un rodaje complejo, en el agua, con poco espacio para el equipo técnico, y cerrando la acción de su trama en los confines limitados de un barco. Todas esas limitaciones no le impidieron rodar una película que fue elegida por el Museo Polaco de Cinematografía como una de las cuatro obras maestras del cine polaco de todos los tiempos.

En Repulsión vuelve a demostrar Polanski su pericia para sacarle el máximo partido a los lugares cerrados, a los espacios limitados en los que mueve a sus personajes sobre todo en el principio de su carrera, cosa que también hizo en El quimérico inquilino. El trabajo que hace con la profundidad de campo en la casa de Repulsión es, junto con La semilla del diablo, El exorcista y El resplandor, una de las mejores utilizaciones de la localización y el diseño de producción como amenaza. Es interesante cómo retoma la propuesta de los brazos-candelabros de la versión de La bella y la bestia dirigida por Jean Cocteau para el pasillo de los brazos que intentan atrapar a Carol en la fase avanzada de sus alucinaciones, o algunas pinceladas que recuerdan el surrealismo de Buñuel, como la liebre en avanzado estado de descomposición.

La parodia de los géneros está presente en el cine de la primera etapa de Polanski, sobre todo en Callejón sin salida, una comedia criminal, y en El baile de los vampiros, película que sufrió varios cambios de presentación de cara a su estreno en el mercado estadounidense, porque los distribuidores de MGM temían que no fuera suficientemente