30 AÑOS DE PERIODISMO DEL “MÁS ALLÁ”
El día que vi aquel anuncio en la tele supe que mi vida iba a dar un giro. Era casi imposible que en esos días me sentara frente a la única cadena de televisión que existía en España, y aún así me crucé fortuitamente con él. Aquel marzo de hace treinta años casi todo mi universo se reducía a la habitación de un internado a las afueras de Madrid en la que preparaba los exámenes de Selectividad. Si todo iba bien, pronto entraría como alumno en la Facultad de Ciencias de la Información y, con el tiempo, me convertiría en un periodista profesional. “¿Pero periodista de qué?” –dudaba entonces, preocupado por mi futuro–. “¿De sucesos? ¿De política? ¿Acaso cronista deportivo? ¿Quizá de sociedad?”
MÁS ALLÁ llegaba con los últimos fríos del invierno a calentar un quiosco en el que las publicaciones sobre grandes enigmas se reducían a una paupérrima Karma 7, que entonces no tenía ni una sola página a color y que parecía más un boletín de amigos que una publicación profesional.
Esa publicidad de 1989, como digo, le dio sentido a todo: sería periodista… del misterio.
Los diez segundos del spot mostraban a un hombre trajeado que caminaba dando la espalda a la cámara y que abría una puerta que daba a la inmensidad del Universo. Era la metáfora perfecta de lo que prometía la revista que anunciaba. MÁS ALLÁ llegaba con los últimos fríos del invierno a calentar un quiosco en el que las publicaciones sobre grandes enigmas se reducían a una paupérrima Karma 7, que entonces no tenía ni una sola página a color y que parecía más un boletín de amigos que una publicación profesional.
Me faltó tiempo, claro, para ir a comprarla y estudiarme su mancheta. Los nombres que figuraban en ella me hicieron soñar despierto: tras el doctor Jiménez del Oso aparecían las firmas de J. J. Benítez, Erich von Däniken, Juan G. Atienza, Fernando Sánchez-Dragó o Andreas Faber-Kaiser, como delegado en Cataluña. Faber, que el verano anterior había estrenado su primer espacio radiofónico sobre ovnis en Catalunya Ràdio y que me entrevistó siendo yo apenas un adolescente, no tardó en organizarme una entrevista con el director periodístico de la nueva revista, José Antonio Campoy. Y así, aquel aprendiz de todo que aún no había estrenado su mayoría de edad entró como colaborador de estas páginas.
Hoy, inmersos en plena era de internet y los fenómenos virales, no resulta fácil hacerse una idea exacta del alcance que tuvo su lanzamiento. Con 116 páginas o la constelación de firmas de élite a las que pronto se sumaron las de expertos en tan populares como o , dotaron de solidez y futuro al proyecto. El futuro exacto que yo estaba buscando.
