a grabación del magnicidio en Super 8 del empresario Abraham Zapruder se emitió por primera vez en televisión en 1975, dejando en evidencia la fragilidad de la versión oficial. Ello llevó a que (Planeta, 2013) que los hermanos Kennedy «sacrificaron sus vidas para hacer que la historia avanzase». Los dos mayores problemas a los que se enfrentaba EE UU cuando JFK asumió la presidencia en 1961 eran «la supervivencia humana en la era nuclear y el creciente clamor por la justicia racial». Para Talbot, los Kennedy lograron avanzar enormemente en ambas cuestiones y, al hacerlo, «se enfrentaron contra el poderoso de seguridad nacional de EE UU, que estaba decidido a tener un enfrentamiento nuclear con la URSS, a pesar de las enormes pérdidas de vidas humanas que se habrían derivado de ello». En 1962, como fiscal general, Robert estaba profundamente alarmado al descubrir que dos fuerzas clandestinas, la CIA y la mafia, habían planeado un complot para asesinar a Fidel Castro. Desde el primer momento de la muerte de John, Robert sospechó de esa peligrosa alianza, pero el nuevo presidente, Johnson, odiaba al joven Kennedy y la Comisión Warren estuvo dirigida por enemigos de los Kennedy. Robert, pues, creía en la teoría de la conspiración, y se postuló a la presidencia con la intención de poder aclarar el asesinato de su hermano. Su propio magnicidio, rodeado también de interrogantes, el 6 de junio de 1968, cercenó esa posibilidad.
PUNTOS SIN ACLARAR
Dec 24, 2023
1 minuto
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