Salud y energías. El «chi»
La Medicina Tradicional China (MTC) concibe al ser humano como un microcosmos dentro del macrocosmos del universo, y dado que ambos forman parte de la misma esencia, es lógico que esa energía vital o chi que rige el universo también lo haga en nuestro organismo. El chi recorre toda materia viviente y circula por el organismo a través de un complejo sistema de canales o meridianos. En la medicina vibracional recibe el nombre de «energía bioeléctrica» y, como no podía ser menos, la ciencia oficial occidental es reacia a aceptar su existencia por el simple hecho de que no puede observarla ni aislarla en el laboratorio. Sin embargo, es evidente que se puede percibir y que los resultados obtenidos en terapias como la acupuntura o la reflexología demuestran su existencia.
Vivimos con la idea de que todo lo que nos rodea es sólido, pero el concepto de «solidez» es una gran mentira: todo es pura energía. De hecho (ver capítulo sobre salud y medicina cuántica), la «ma-teria» subatómica (como los electrones) no es sólida, sino que «aparenta solidez» porque se mueve rapidísimo.
El chi recorre toda materia viviente y circula por el organismo a través de un complejo sistema de canales o meridianos.
Salvando las distancias, sería como las aspas de un ventilador, que se mueven a tanta velocidad que dejamos de verlas (pero están ahí…). Y ocurre lo mismo con el cuerpo físico: en realidad es energía en estado radiante.
TRES TIPOS DE CHI
El chi puede ser de tres tipos en función de su origen: en primer lugar, nos nutrimos de un chi ancestral (jing
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