El episodio cinco de El Día de los Bestias se dejará caer con toda la fuerza del decibel cuando hablemos de excesos y rock and roll. De la soledad y la fama. De la autodestrucción y los pactos a medianoche en extraños y abandonados cruces de caminos. De un selecto club que sólo te da la membresía sí eres famoso, tienes 27 años, estás muerto y te largaste de este mundo rodeado de extrañas circunstancias. Bien decía James Dean: live fast, die young and leave a good looking corpse.