El Gran Premio de Italia da como ganador, por segundo año consecutivo, a un equipo italiano. Pero lo mejor que nos dio Monza fue diversión y emoción. Influyó un error garrafal del equipo Mercedes, pero de eso también están hechas las carreras.

El equipo del Podcast Técnica Fórmula 1 (compuesto por John René Montes, Iván Fernández y Abel Caro) analiza esta semana, en sus dos episodios, la carrera de Monza, el espectacular Rally de Estonia y nos prepara para Mugello.

Errores, cambios de guión y las nuevas estrellas que están por llegar.

Octava carrera de la corta temporada 2020. Recordemos que hemos visto ocho carreras en tan sólo dos meses de competición. Y ésta, por fin, ha sido lo que estábamos esperando desde que terminó el GP de Austria: una carrera de las de gritar hasta la bandera a cuadros.

El verdadero espectáculo empezó cuando Mercedes metió la pata haciendo entrar a Hamilton, durante un safety car, estando el pitlane cerrado, lo que acarreó un stop and go de 10s para el británico.

A partir de ahí, el resto de pilotos empezó a brillar con luz propia. Y así hasta el final de la carrera, que ganó un grandísimo Pierre Gasly, con el Alpha Tauri, dando la victoria, por segundo año consecutivo, a un equipo italiano en Monza.

Apuntar que a la celebración, espectacular como siempre, le faltó un ingrediente muy importante y que echamos mucho de menos este año: el público abarrotando la pista.

El segundo escalón del podio fue para Sainz, visiblemente contrariado en su llegada a meta, porque el deseaba la victoria, y luchó hasta el último segundo por ella. Y desde el primer instante también, pues su salida fue espectacular, superando a Bottas por la segunda posición, que el finlandés no alcanzaría en ningún momento a recuperarle.

De hecho, Sainz era, tras el safety car y la sanción a Hamilton, virtual ganador de la carrera. Pero la bandera roja provocada por el accidente de Leclerc, justo después de este periodo de safety car comentado, hizo que a Stroll le saliera gratis la parada y que los que habían parado antes, como Gasly, salieran antes que los Mclaren.

El madrileño construyó de nuevo su carrera desde la segunda salida, pasando coches más lentos, e incluso a Stroll, cuyo coche no es lento, precisamente. Mención también para el piloto canadiense, que se subió al tercer escalón del podio tras aguantar a Norris, Botas y Ricciardo tras de sí.

Mejor no hablar de Ferrari.

La actuación de Ferrari, que ganó en este mismo circuito, gracias a Leclerc, el año pasado, fue para olvidarla: Vettel debió abandonar por un fallo en los frenos (que le estallaron) en la vuelta 8. No había logrado pasar a la Q2 el sábado y partía desde el puesto 17.

Leclerc, tras la entrada del safety car que había provocado la parada del coche de Magnussen a la entrada de la zona de pits, perdió el coche en aceleración - según comentó Nico Rosberg, parece que la Ferrari es inconducible - y se estrelló en la parabólica.

Su accidente fue el que provocó la bandera roja, pues hubo que rescatarlo con grúa de las barreras y, posteriormente, reparar dichas barreras.

Lamentable espectáculo el de la Scuderia, que no parece que vaya a mejorar a lo largo de la temporada. Lamentable el talento desperdiciado de sus dos pilotos, que no pueden hacer más con semejante montura. Recemos para que el año próximo las cosas cambien, también por el bien de nuestro piloto español, que recala en el equipo italiano.

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