Esta entrada la grabé hace un mes en mi ultimo día en Bolívia después de enseñar el Programa Mysore de un mes No Hay Tiempo que Perder. No lo publique porque preferí esperar a meditar la decisión y es hoy, en vísperas de iniciar mi Programa mysore en Galicia, que deseo empuñar mi verdad con valentía y lealtad a mi linaje. Lo sucedido en Santa Cruz me ha ayudado enormemente a refinar mi percepción- así como nos sucede cuando salimos de relaciones tóxicas. Me di cuenta de que sólo de manera personal es que podemos entender quién es otro ser humano y que el formato online se queda muy corto. Público esto en afán de aclarar con más detalles a mis estudiantes lo sucedido y para que entiendan porque fue tan difícil mi mes ahí. No me arrepiento de este viaje porque pude conocerlos, a pesar de lo difícil e ingrato que fue a nivel personal. Mi sacrificio ha valido la pena porque dos de ustedes estarán en Mysore este mismo año y otros más aplicarán el año entrante. Dentro de todo agradecida porque esta experiencia límite me ayudo una vez más a limpiar mi vida de malas compañías.