La vibración de los alimentos: la clave para mejorar nuestra energía

Todo lo que comemos vibra y su sintonía afecta nuestra propia frecuencia energética. Qué sumar a la mesa y qué no- para sentirnos bien.


La energía de como sabemos, todo lo que existe y lo que se ve, así como las emociones y los sentimientos son frecuencias vibratorias, esto es, energía moviéndose.

En este sentido, es muy común escuchar sobre el pensamiento positivo, la terapia de la risa, las meditaciones con sonidos, pero... ¿Qué pasa con lo que comemos?

La energía es algo que tiene múltiples manifestaciones. Por ejemplo, la luz es una de sus formas. Ella alimenta nuestro planeta y, a su vez, nutre a sus seres, los humanos incluidos.


Nuestro cuerpo y nuestra mente se "alimentan" de unidades de energía. Actualmente, la energía “más valiosa” de un alimento es el aporte medido en kilocalorías, que expresa la capacidad para desarrollar trabajo muscular.

Pero no se toma en cuenta su frecuencia electromagnética, que se mide en megahercios (MHz) que indican la cantidad de luz que almacenan. A medida que los alimentos vivos van pasando por la cadena de producción van perdiendo vitalidad y, por ende, vibración.

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