El entorno es un punto central en el erotismo, hay un factor contextual que puede variar mucho según las preferencias de cada persona y generar una brecha: la luz. 
La iluminación es un aspecto determinante al momento de disfrutar y experimentar placer. Dado que el sexo es ante todo una experiencia sensorial hay quienes tienen jerarquizados algunos sentidos más que otros y refieren diversas experiencias.
Junto con la iluminación se manifiestan dos características: el voyeurismo y el exhibicionismo, es decir, el placer de ser contempladas y el placer de contemplar. Hay personas que prefieren la luz apagada para potenciar la conexión con otros sentidos: tacto, olfato, fantaseo; hay otras que desean la luz encendida para disfrutar de todos los estímulos visuales que están en juego (movimiento y formas de los cuerpos, miradas); se sienten más excitadas si pueden contemplar el cuerpo de la otra persona durante el acto. También están quienes tienden a alternar. 
Todos los miércoles, a las 8.20 am les espero en mi columna para hablar de sexualidad, vínculos y sexoafectividad en @notifyok, por @gambaonline @cosquinrockfm @soniderafm
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