El buen pastor los hace salir.

1) Estar atento: Esta es una de las características de quien tiene la labor de pastorear. Està atento al otro, se plenifica en el otro. Esto no es solo para los curas, esto es para todos. Los católicos tenemos que ser más atentos. Hay ovejas que están sufriendo por nuestra insensibilidad, por ser muy volados también en cosas que para nuestros cercanos son muy importantes. Esas insensibilidades son las que destruyen nuestro pastoreo y nos alejan de la presencia de Dios. Trata de ser atento y no atentes con los que Dios te encomendó.

2) Llama por el nombre: Marca que el otro tiene importancia, es reconocido. Lo haces sentir importante. A los tuyos no los podés llamar diciéndoles «che, vos!!» o «cosito, vení un rato haceme un favor!!» ¡¡¡No!!!, ese es tu hermano, es hijo tuyo, es tu familia, es tu gente. Llama por su nombre y hacele saber que esa persona ocupa un lugar en tu memoria y en tu corazón.

3) Vine para que tengan Vida: El pastor presenta esta tercera característica, da vida y no da peso ni sobrepeso. Te indica cómo vivir la vida y te ayuda a vivirla. No te pesadea ni te enreda, tampoco te tira la vida y te humilla. Eso sí, no dejes de pedir que haya pastores para nuestra Iglesia, así este corral esté lleno de ovejas felices por estar en un corral donde aparece la fragancia de Cristo y el amor de Cristo y que no sea un corral donde nos asfixiemos por el humo de la burocracia. Algo bueno está por venir.

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