Dar a cada uno
1) Acepción de personas: qué lindo que puedan decir de nosotros eso, porque con todos debemos ser iguales. No caer en aquello de hacerme amigo por conveniencia, sino el tener la gracia de tener un corazón grande y abierto que acoja a todos y que sea igual para todos. Como Jesús…. Mira tu corazón y evalúa cómo actúas con los demás. ¿Sos igual con todos o buscas a ciertas personas por conveniencia?
2) Dar al César: nosotros los cristianos estamos llamados a ser ciudadanos ejemplares, cumpliendo nuestras obligaciones sociales y políticas. El laico está llamado a evangelizar en la sociedad y el poder llevar la presencia de Dios en las cosas cotidianas. Es evangelizar cumpliendo con las normas, es evangelizar siendo puntual en su trabajo, es evangelizar pagando lo que corresponde a sus empleados, es evangelizar buscando lo mejor para todos. No podemos vivir con una disociación de vida, donde tenemos cara de santo de estampita dentro de la Iglesia pero somos lapidarios fuera de ella. La clave es cumplir tanto en lo religioso como en lo social.
3) A Dios: es bueno recordar que con Dios debemos cumplir, como así también con las cosas de Dios. Tu compromiso espiritual y también material. No es que vengo a manguearte (pedirte) ahora, pero sí a preguntarte: ¿aportas a tu iglesia? Ya sea tu tiempo o tu dinero o tu talento. Es bueno recordar que es labor tuya y mía colaborar, y no reducirlo a lo material. Aunque es verdad que tenemos fama de que somos un poco tacaños los católicos... Pero también es bueno aportar del tiempo o de ciertos talentos que uno tiene para el sustento del culto.
Hoy recordá que vos sos Iglesia y construís la Iglesia, la Iglesia viva.

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