Cuántas veces habremos escuchado eso de que en el trabajo no hay que tener amigos. Entiendo el razonamiento pero no estoy de acuerdo.



Claro que tener amigos en el trabajo puede generar más de una situación de fricción, más de un problema pero aún así creo que los beneficios compensan de sobra los problemas.





Por eso quiero contaros por qué siempre es mejor tener amigos que no tenerlos en el trabajo.



Atentos que igual hoy os cambia la perspectiva de este tema y empezaréis a ver a algunos compañeros de una manera diferente.



Venga, vamos con el episodio y yo me voy a preparar el siguiente.



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¡Hasta mañana!