Hace 6 años me asocié con un conocido para comenzar una empresa dedicada a la producción de contenidos. Desde el día 1 su compromiso con el proyecto fue total y eso me motivó muchísimo al grado de que en un año ya estábamos facturando medio millón de pesos mensuales. Crecimos la empresa al grado de tener una plantilla pequeña, pero sólida, donde todos tenían seguro, excelentes sueldos, prestaciones y vacaciones 3 veces al año, incluyéndonos los socios. Los primeros 4 años todo fue viento en popa, hasta que en nuestro cuarto año se vino la pandemia. Todos nuestros clientes pusieron en pausa sus proyectos e incluso algunos se cancelaron. Los ahorros de la empresa rápidamente comenzaron a disminuir, al grado de que tras un año de estar encerrados tuvimos que despedir a la mitad del personal. A inicios de este año encontré un mercado en digital que resultó ser una mina de oro. Comenzamos a trabajar tanto para creadores de contenido en YouTube y Facebook y en menos de 6 meses pudimos recuperar los ahorros perdidos en el primer año de pandemia. De la emoción, hace unos días hice una auditoría a nuestra área administrativa y encontré inconsistencias. Para no meterme en términos, sólo diré que descubrí que mi socio estaba desviando dinero a sus cuentas. 
Me siento profundamente herido y al mismo tiempo emputado. Tengo ganas de reventarle la cara a mi socio, pero al mismo tiempo pienso en lo mucho que hemos conseguido juntos y no quiero echar todo por la borda. 
¿Qué debo hacer?