Ser volada es mi don más grande, porque mi mente no tiene límites. Así y todo, le pusieron muchos límites para encajar, para aprender lo que es el orden, la disciplina, el esfuerzo, la constancia, la responsabilidad, los contrastes. Mi papá fue el maestro que yo necesitaba para ordenar mi don, para usarlo a mi favor y poder expandirlo a través de todo lo que hago y todo lo que soy. Y no fue fácil... Porque sentí más de una vez que me habían cortado las alas. Porque sentía que ir por este camino podía ser frustrante, difícil, angustiante. Sin embargo, es el camino más hermoso que pude haber conocido y que puedo estar transitando.