Soy una mujer de 57 años y tengo una hija de 32. Hace tiempo abrí una cuenta en el banco con el propósito de ahorrar dinero para la universidad de mis nietos.
Le comenté a mi hija y la puse como cotitular para que ella dispusiera de dinero si se presentaba una emergencia.
Resulta que hace un par de meses fui al banco a pedir un estado de cuenta y me dijeron que la cuenta estaba en ceros. Obviamente, mi hija era la única persona, además de mí que tenía acceso a la cuenta.
Cuando la confronté me dijo que en efecto ella había sacado dinero y ya se lo había gastado en ropa, salidas y un celular nuevo. Con todo el cinismo del mundo me dijo: HAZLE COMO QUIERAS.
Estoy muy dolida con ella y si me he acercado a ella es porque me gusta convivir con mis nietos, pero no le dirijo la palabra. Traigo un entripado que no sé cómo dejar ir.