Este contenido incluye spoilers

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Desde los trailers promocionales, sabía qué me esperaba en la película de Shazam!. Persona común y corriente obtiene superpoderes y en lo que se enseña a usarlos, sufrirá varias situaciones cómicas, para eventualmente, esté listo o no, aceptar su destino y enfrentarse a su primer villano.
Y eso fue lo que vimos. Para bien o para mal.
Mi problema es que la cinta cree que no hemos observado situaciones similares: lo vimos con Iron Man, y lo vimos con Spider-man, hasta en dos diferentes versiones. Los chistes son tan predecibles, que sabes perfectamente en qué momento aparecerá un camión que impactará al personaje que se encuentra al centro de la pantalla.
No es estar en contra del humor, sino estar en contra de repetir lo que ya se ha visto. Y cuando lo consigue, que es lo menos, se agradece. Como en el enfrentamiento en el cielo en el cual Shazam! no alcanza a escuchar el amenazante monólogo del villano. Sin embargo, es de las pocas situaciones que se le pueden rescatar a éste enemigo, pues también recae en la fórmula del malo maloso que debe demostrarlo a través de una voz grave y terrosa para hacernos creer que realmente se trata de una amenaza. Y que se quita y se pone los lentes como herramienta para demostrar que ahora sí va en serio: De todas las veces que ha participado en una cinta de superhéroes o basada en cómics (Green Lantern, Kick-ass, Kingsman) ésta es la peor actuación de Mark Strong. De paso, permítanme mencionar a la mala elección de Djimon Honsou como el mago Shazam, y no por las capacidades del actor, sino porque siempre es mejor que, para interpretar a un hombre viejo...pues contrates a un hombre viejo.

Es cierto, las referencias que cito sobre las típicas escenas chuscas del uso de superpoderes ya tienen sus años, más de 10 en el caso de El Hombre de Hierro, y entonces habrá un público nuevo, que podría ser o no el infantil, con el que conecte de inmediato.
Y es que Shazam! les ha dado a los niños lo que no han encontrado en la más reciente versión cinematográfica de Superman. Y además, sin tanto trámite: ¿Para qué ser un extraterrestre que llegó a la Tierra si mejor puedo convertirme en un niño que se transforma en superhéroe?

Después de tratar de olvidar dichas situaciones que más que divertirme, me estorbaban para encontrar el resto de virtudes, que tiene muchas, de la cinta, preferí quedarme con Shazam! no como un sólo superhéroe, sino como un concepto, y como tal, puede extenderse hacia más integrantes, como valientemente lo hace al presentarnos, de una vez, a toda la familia superpoderosa. De esta manera, nos da un segundo mensaje que gira en torno al núcleo de la sociedad y cómo este no necesariamente debe establecerse con quien naciste, sino con quien creciste.

Puedo separar entonces las fallas que presenta la cinta, y volverla a ver sabiendo ya que es lo que me espera y enfocarme en disfrutar su ligera inocencia, sus ganas de sobresalir y de, como lo están haciendo las nuevas cintas de DC Comics, forjar su propio camino. Si a pesar de todo me dejó con ganas de conocer lo que sigue, y sobre todo, esperar el debut del que, espero, sea mejor villano, de nombre Black Adam, entonces sí, me uno al resto. A todos los que, gritando o en voz baja, no pueden evitar decir: Shazam!

Si quieres conocer los easter eggs, referencias y curiosidades de la película, escucha ésta reseña en su formato podcast, aquí mismo.