El círculo del mal.

1) La seductora: En la bailarina, la hija de Herodías, podemos ver la figura de la seducción. Es aquella persona que va por la vida con ese narcisismo de llamar la atención y querer ser mirado o mirada siempre. En el mundo de hoy encontramos varias hijas de Herodías, que solo buscan seducir con sus fotos o frases en Twitter, en Facebook o en Instagram. Capaz que vos y yo tenemos un poquito de esa búsqueda de querer seducir y aprovechar algo en el otro. Incluso en lo afectivo, donde quiero hacerme el galán o la chica del momento y tengo actitudes al límite, pero, cuando cae la otra persona, soy capaz de decir «te confundiste» o «no es lo que parece». El jugar con los sentimientos para sacar tajada es doloroso, porque podés lastimar o hasta incluso matar a gente inocente.

2) Herodías: En ella vemos a la persona que no quiere tener límites, porque va por todo. No le importa si está casado o casada, solo le importa ella o él. Herodías usa a su hija para callar su conciencia, para salir con la suya. Los y las Herodías de hoy buscan usar personas para acallar su conciencia, utilizan a personas y manipulan a personas para quedar bien parado. Hacer esto puede hacerte un miserable. Capaz que hoy estoy duro, pero es bueno reflexionar en los círculos del mal; porque vos también podés aprovecharte de situaciones para sacarte de encima personas que te dicen la verdad o te muestran la realidad que vos no querés ver. Herodías pide la cabeza de aquel hombre que sabía quién era ella y lo que había hecho. ¿Vos, aprovechas la situación para salirte con la tuya?

3) Herodes: En él vemos a la persona que se deja llevar. Vos y yo podemos dejarnos llevar por afectos y deseos. No hay nada peor que un líder enamorado, porque si es pasional, ya no decide con su cabeza sino con sus pasiones. Es fundamental saber que cuando tenés gente a tu cargo, debes dejar de lado las pasiones ante ciertas decisiones. El hombre más poderoso, pasa a ser un títere de esta mujer. Él sabía quién era Juan, pero como todo hombre pasional le importa también el qué dirán. Acalla tu cabeza, no seas títere de tus pasiones, porque te vas a arrepentir y te verás encerrado. Herodes decide sobre Juan no desde su razón, sino desde su pasión. El resultado ya lo sabes…. Vos, ¿desde dónde decidís? ¿ya cortaste la cabeza de alguien? Hasta el cielo no paramos.

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