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Mateo 7, 1-5
Mateo 7, 1-5
valoraciones:
Longitud:
4 minutos
Publicado:
21 jun 2021
Formato:
Episodio de podcast
Descripción
Es más fácil destruir que construir.
1) Juzgar: cuánto daño hace el juzgar. Hay personas que pierden amistades de años por un juzgar imprudente. Cuánto daño hace el juzgar y dejando de lado la caridad. Una vez me tocó vivir en carne propia el sentirme juzgado, hasta sentí que me sacaron la tarjeta roja. Realmente fue duro en ese momento, pero uno va descubriendo con el tiempo que, lo que se construye en años, el juicio sin caridad, y unido al lleva y trae, lo termina liquidando todo. Por eso, antes de juzgar a alguien recordá que lo primero es ver la realidad, siendo lo más objetivo posible. Luego, vivir la caridad, sabiendo que los cristianos debemos tener los mismos sentimientos de Cristo. Y, por último, recordá que si has juzgado apresuradamente y sin caridad podés tirar todo lo construido. Por ello siempre recordá que lo tuyo en la vida de los demás debe ser un aporte, no una destrucción.
2) Mirarte: antes de juzgar debes recordar quién sos vos y mirar que vos también podés cometer errores. Nadie está exento de nada. Capaz que la única diferencia entre tu hermano y vos es que él tiene un pecado público del que todos se dan cuenta o vos te das cuenta; en cambio, vos tenés un pecado privado que aún nadie lo sabe. Por ello, antes de juzgar a tu hermano mírate vos y asumí que vos también tenés errores y sos débil. En la Iglesia no hay cristianos de primera o de segunda. En la Iglesia todo bautizado es hijo de Dios.
3) Tu hermano: Jesús nos recuerda que aquí está la clave del cristiano: velar por el hermano, crecer en la vida a través del trato con el hermano. Saber que Dios te pone a alguien cerca tuyo para crecer y ayudar.
Ayudando a tu hermano te ayudas vos, juzgando a tu hermano te condenas vos.
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Support this podcast: https://anchor.fm/misioneros-digitales-catlicos/support
1) Juzgar: cuánto daño hace el juzgar. Hay personas que pierden amistades de años por un juzgar imprudente. Cuánto daño hace el juzgar y dejando de lado la caridad. Una vez me tocó vivir en carne propia el sentirme juzgado, hasta sentí que me sacaron la tarjeta roja. Realmente fue duro en ese momento, pero uno va descubriendo con el tiempo que, lo que se construye en años, el juicio sin caridad, y unido al lleva y trae, lo termina liquidando todo. Por eso, antes de juzgar a alguien recordá que lo primero es ver la realidad, siendo lo más objetivo posible. Luego, vivir la caridad, sabiendo que los cristianos debemos tener los mismos sentimientos de Cristo. Y, por último, recordá que si has juzgado apresuradamente y sin caridad podés tirar todo lo construido. Por ello siempre recordá que lo tuyo en la vida de los demás debe ser un aporte, no una destrucción.
2) Mirarte: antes de juzgar debes recordar quién sos vos y mirar que vos también podés cometer errores. Nadie está exento de nada. Capaz que la única diferencia entre tu hermano y vos es que él tiene un pecado público del que todos se dan cuenta o vos te das cuenta; en cambio, vos tenés un pecado privado que aún nadie lo sabe. Por ello, antes de juzgar a tu hermano mírate vos y asumí que vos también tenés errores y sos débil. En la Iglesia no hay cristianos de primera o de segunda. En la Iglesia todo bautizado es hijo de Dios.
3) Tu hermano: Jesús nos recuerda que aquí está la clave del cristiano: velar por el hermano, crecer en la vida a través del trato con el hermano. Saber que Dios te pone a alguien cerca tuyo para crecer y ayudar.
Ayudando a tu hermano te ayudas vos, juzgando a tu hermano te condenas vos.
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Publicado:
21 jun 2021
Formato:
Episodio de podcast
Títulos en esta serie (100)
Lucas 18, 1-8 de Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano