Las mujeres han sido oprimidas, violadas, hechas esclavas en las familias, ciudadanos de segunda categoría, asesinadas por los esposos, los padres, el vecino… creo que les podemos conceder el hecho de que están encabronadas. Es una cuestión de dignidad humana. Es normal que las mujeres usen el coraje para hacerse escuchar, para hacerse ver, para que su mensaje sea claro, fuerte y audible para todos. 
Pelear a veces es correcto, pero si eres inconsciente puedes cruzar el límite, crear heridas. Si eres consciente sabes hasta donde puedes pelear, pero, si te agarra el egoísmo, la vanidad, todos los demonios de la inconsciencia, puedes empezar a brutalizar al otro, humillar al otro. Uno puede perdonar que le pongas unos límites de forma firme, pero no que lo humilles.
La meditación tiene un papel muy importante ya qué es lo que puede darte la claridad del límite de cuando tus acciones dejan de ser inteligentes. Esto es lo que las mujeres tendrían que usar, usar la herramienta de la meditación. Es la forma de volverte más consciente, en lugar de irte con tu actitud robótica de pelear,  puedes llevar una luz, usar el coraje, pero en función de tus cualidades humanas más hermosas, las femeninas. Las cualidades espirituales son femeninas, también para los hombres.