20 min de escucha
valoraciones:
Longitud:
20 minutos
Publicado:
15 abr 2015
Formato:
Episodio de podcast
Descripción
Cuando por los años 616 a.n.e. Tarquinus Priscus se convirtió en el nuevo rey de Roma, una de sus ocupaciones fue emparedar vivas a las vestales del templo que habían perdido la virginidad. Para que su sufrimiento fuera completo y más largo, ordenó les dieran agua y comida. Ya por los siglos XVI y XVII a las mujeres consideradas promiscuas se las quemaba en la hoguera. Para la religión católica y otras religiones el acto sexual era única y exclusivamente para la procreación y que pensar o actuar de otra manera era pecado. ¿Podían las mujeres disfrutar del sexo? Ni pensarlo. Derecho exclusivo de los hombres. La mayoría de los animales tiene sexo porque lo necesita para tener descendencia y así asegurar su permanencia en la tierra. Entre los mamíferos, nosotros somos los que ovulamos sin orden ni concierto con la reproducción. Es decir, somos los únicos en este extenso reino que hemos independizado el sexo de la procreación.
Publicado:
15 abr 2015
Formato:
Episodio de podcast
Títulos en esta serie (100)
¡Un gen en la sopa!: La humanidad, desde sus comienzos, ha estado modificando los alimentos que consume. Muchos ensayos tuvieron que hacer los primeros cultivadores para lograr el propósito final de cualquier alimento: ayudar en el crecimiento sin ser un riesgo para la salud. Ahora, mediante técnicas de ingeniería genética, se puede introducir en las plantas un gen que la vuelve resistente a determinados virus, o un gen para facilitar la fijación del nitrógeno que de otra manera habría que agregarle en forma de abono. Pero las plantas resultantes llevan un sello de ignominia: modificadas genéticamente o transgénicas. de Cierta Ciencia - Cienciaes.com