"A medida que progresaba la traducción del Libro de Mormón, surgió una pregunta de manera natural: ¿Qué debían hacer José Smith y Oliver Cowdery en cuanto a las páginas de la traducción que se habían perdido? Lo lógico hubiera sido regresar y volver a traducir esa parte, pero el Señor podía ver algo que ellos no podían ver: hombres inicuos tramaban alterar las palabras de esas páginas para poner en duda la obra inspirada de José. Dios tenía un plan para frustrar los esfuerzos de Satanás y compensar lo que se había perdido. El plan se puso en marcha miles de años antes cuando el profeta Nefi se sintió inspirado a crear un segundo registro que cubría el mismo periodo. Más adelante, Mormón fue inspirado a incluir ese registro en el Libro de Mormón “para un sabio propósito” conocido por el Señor (véase Palabras de Mormón 1:3–7).  “… mi sabiduría”, le dijo el Señor a José, “es más potente que la astucia del diablo” (Doctrina y Convenios 10:43). Ese mensaje es tranquilizador en una época como la nuestra, en la que los continuos esfuerzos del adversario por debilitar la fe se están intensificando. Como José, podemos ser “fiel[es], y s[eguir]” en la obra a la que Dios nos ha llamado a llevar a cabo (versículo 3). Entonces hallaremos que Él ya ha preparado un medio para que “las puertas del infierno no prevale[zcan]” en contra de nosotros (versículo 69)."