Las mujeres tenemos una implacable tendencia a sentirnos culpables tan dentro, que llegamos a confundir esta emoción con nosotras mismas.
Llegada la adolescencia nos encontramos con situaciones complejas en las que tendemos a dudar si fuimos buenas madres cuando nuestros hijos fueron más pequeños. Creemos que parte de sus conductas adolescentes son consecuencia de nuestra mala gestión en la niñez.
Hoy hablamos sobre este sentimiento que no es más que una emoción aprendida de la sociedad que nos rodea.
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