Conocí a Marisa gracias a que un amigo me recomendó sus terapias de revisión de sistema familiar (mejor conocidas como constelaciones). Después de la primera sesión experimenté lo que ella denomina como una “crisis curativa”, es decir, somaticé los asuntos internos que la terapia me removió y mi cuerpo se enfermo (feo, me sentía f-a-t-a-l). De ahí mi vida dio un giro de 180 grados (aunque no estaba preparada) y TODO continuó moviéndose. Es muy particular la manera en que Marisa trabaja la energía y el impacto positivo que puede tener en tu entorno el que trabajes en ti y te liberes de ciertos roles y creencias. Fue duro y dolió pero hoy agradezco haberla conocido (a ella y sus terapias) y me siento más feliz que nunca después de los veintes que me cayeron y la vida que empecé a construir.