Desde antes de la era de Lemuria, las Ciudades de Luz de dimensiones superiores se han interconectado con la Tierra y sus habitantes humanos. Como el primer iniciado tuvo su primera experiencia trascendental, los humanos comenzaron a tener una conexión directa con estas ciudades cristalinas. Quizás en una meditación, o en un sueño lúcido, el buscador de repente se encuentra caminando, fuera del cuerpo, un tramo de escalones de cristal hacia un hermoso templo de cristal lleno de luz. Allí, un Ser de Luz saluda al visitante con un regalo de un bastón dorado, o una túnica y una corona, o una varita de cristal. Las palabras pueden o no intercambiarse. Cuando se completa la visita, la persona vuelve a la conciencia despierta y todavía siente la energía y la Luz fluyendo a través del cuerpo. Estas visitas traen gran alegría y aliento en el camino.