Diccionario Conciso de Términos Teológicos

Por Christopher W. Morgan y Robert A. Peterson

Con más de 700 definiciones de palabras teológicas y frases desde "el pacto Abrahámico" hasta "la perspectiva de Zwingli de la Santa Cena", el Diccionario de términos teológicos ayudará a los lectores a dominar el lenguaje fundamental de la fe cristiana.

nico en su formato, este diccionario agrupa las palabras relacionadas para promover la comprensión general. Este recurso es esencial para cristianos que quieren entender términos desconocidos o tener un conocimiento más profundo de conceptos teológicos clave.

With more than 700 definitions for theological words and phrases from "Abrahamic covenant" to "Zwinglian view of the Lord's Supper," A Concise Dictionary of Theological Terms helps readers master the foundational language of the Christian faith.

Unique in its format, grouping related words together to promote overall comprehension, this is an essential resource for Christians who want to understand unfamiliar terms or gain more in-depth knowledge of key theological concepts.

• Idioma: Español
• Editorial: BH Publishing Group
• Fecha de lanzamiento: 1 mar 2022
• ISBN: 9781087756684

Christopher W. Morgan

Christopher W. Morgan (PhD, Mid-America Baptist Theological Seminary) serves as professor of theology and dean of the School of Christian Ministries at California Baptist University in Riverside, CA.

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Acción de gracias—Ver oración.

Adonai—Ver Dios, los nombres de.

adopción—la ubicación por parte de Dios el Padre de los creyentes en Cristo en su familia por gracia. Dios nos acepta y nos adopta como Sus hijos. Antes de la adopción éramos esclavos del pecado y hacíamos la voluntad de Satanás (Gálatas 4:3; 1 Juan 3:10). El amor eterno de Dios es la fuente de la adopción (Efesios 1:3-6), y como consecuencia de Su inmenso amor, nos llama Sus hijos (1 Juan 3:1). La base de la adopción es la muerte de Cristo, como la redención que nos libera de la esclavitud del pecado (Gálatas 3:13; 4:4-5). Nosotros recibimos la adopción por fe en Cristo (Juan 1:12; Gálatas 3:26). El Espíritu Santo nos capacita para creer que el Padre nos ha adoptado (Romanos 8:15). La adopción produce resultados maravillosos. El Espíritu no solo nos permite llamar a Dios «Padre», sino que también testifica de Su amor en nuestros corazones (v. 16). Compartimos un parecido familiar con nuestro Padre celestial (v. 14). Él nos disciplina porque nos ama (Hebreos 12:6). La adopción es presente y futuro, porque Dios nos ha hecho Sus herederos, esperando nuestra herencia de la redención de nuestros cuerpos y la renovación de la creación (Romanos 8:18-23). Ver también salvación, aplicación de la.

adopcionismo—Ver Cristo, deidad de, negaciones; Trinidad.

adoración—ofrenda privada o pública de adoración y alabanza a Dios de acuerdo con Su voluntad. Los creyentes individuales reservan tiempos especiales para expresar su amor y gratitud a Dios, al mismo tiempo que lo honran a través de una vida fiel y obediente. La adoración corporativa del nuevo pacto ocurre cuando la iglesia, «pueblo adquirido por Dios», se reúne para anunciar «las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable» (1 Pedro 2:9). La adoración pública implica que los pastores se ocupen de «la lectura, la exhortación y la enseñanza» de las Escrituras y prediquen «la palabra» a fin de que el siervo «redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina» (1 Timoteo 4:13; 2 Timoteo 4:2). Incluye dejar que «la palabra de Cristo more en abundancia en vosotros» por medio del Espíritu, «enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando a Dios con gracia en vuestros corazones» (Colosenses 3:16). Implica orar «en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos» (Efesios 6:18). La adoración también supone la práctica fiel de las ordenanzas que Jesús dio a la iglesia: el bautismo y la Cena del Señor. Ver también liturgia; ordenanzas o sacramentos; oración; predicación; sábat.

agnosticismo—incertidumbre de la existencia de Dios. Ver también apateísmo; ateísmo; escepticismo.

Agustín de Hipona (354-430)—teólogo cristiano africano que dio forma al desarrollo del cristianismo occidental. Sus principales obras incluyen La ciudad de Dios, Sobre la Trinidad y Confesiones. También se le conoce como Agustín el Grande, ensalzó la gracia de Dios y ayudó a formular la doctrina del pecado original. Lutero y Calvino lo consideraban un padre de la Reforma debido a sus enseñanzas sobre la salvación y la gracia. Ver también Calvino, Juan; gracia de Dios; Lutero, Martín; pecado original; Reforma; pecado; Trinidad.

alabanza—Ver adoración.

Alfa y Omega—Ver nombres y títulos de Cristo.

alma—Ver humanidad, composición.

amilenialismo—Ver milenio.

amor de Dios—Ver Dios, amor de.

amor—Ver Espíritu, fruto del; virtudes cristianas.

anabautistas—los grupos más importantes de la reforma radical. Entre sus líderes más notables se incluyen Menno Simmons y Jacob Hutter. En general, los anabautistas abrazaron el bautismo de los creyentes y rechazaron el bautismo de infantes. Ellos celebraron la Cena del Señor como un memorial para los bautizados, el libre albedrío y una forma temprana de la separación de la iglesia y el estado. Posteriormente, las formas separatistas de anabautismo incluyeron menonitas, amish y huteritas. Ver también Calvino, Juan; Lutero, Martín; Reforma Radical.

ancianos—Ver iglesia, gobierno.

andar en el Espíritu—Ver Espíritu Santo, ministerios del.

ángeles caídos—Ver ángeles; exorcismo; Satanás y los demonios.

ángeles—seres espirituales creados santos por Dios en grandes cantidades. Los ángeles electos o que no cayeron han permanecido santos. Aunque los ángeles algunas veces aparecen con forma humana, no tienen cuerpos físicos, contraen matrimonio, procrean ni mueren. En la antigüedad, algunos ángeles buenos, incluyendo a Satanás y los demonios, se rebelaron. Estos son entonces los ángeles caídos. Los ángeles tienen una gran inteligencia y fortaleza, pero limitadas. Como criaturas, los ángeles no deben ser adorados. Los ángeles buenos son siervos de Dios que ocupan cuatro papeles clave. Ellos adoran a Dios, sirven como mensajeros, traen el juicio de Dios sobre los seres humanos, sirven a los creyentes, especialmente al preservarlos (Job 1:6; Salmos 148:1-5; Isaías 6:3; Colosenses 1:16; Hebreos 1:6, 14; Apocalipsis 4:8). Ver también Satanás y los demonios.

anglicanos—cristianos protestantes que pertenecen a la Iglesia mundial de Inglaterra o Iglesia anglicana. La comunión anglicana es una asociación internacional de iglesias formada por la Iglesia de Inglaterra e iglesias en plena comunión con ella. Es la tercera iglesia más grande en el mundo, después de la Iglesia católica romana y las iglesias ortodoxas orientales. El arzobispo de ­Canterbury es su líder espiritual, pero no tiene autoridad vinculante fuera de su propia provincia. La Iglesia anglicana es vista como representante de un terreno medio entre el catolicismo romano y el protestantismo. El Libro de oración común, compilado por primera vez en 1549 y revisado en múltiples oportunidades hasta 1662, es esencial en la adoración anglicana alrededor del mundo. Ver también iglesia, gobierno; ortodoxia oriental; episcopalianismo; evangelicalismo; catolicismo romano.

aniquilacionismo—la posición que señala que los perdidos en el infierno serán destruidos después de que paguen la penalidad por sus pecados. También se le conoce como inmortalidad condicional (o condicionalismo), es la idea de que Dios da inmortalidad solo a aquellos que regenera. Los perdidos, entonces, nunca reciben el don de la inmortalidad y dejan de existir. El aniquilacionismo es un error serio al que la Escritura se opone (Daniel 12:2; Mateo 25:41, 46; Marcos 9:43-48; 2 Tesalonicenses 1:9-10). El aniquilacionismo no calza con la historia bíblica porque, al final de la historia, los que no son salvos no dejan de existir, sino que, en línea con la posición histórica de la iglesia, soportan un tormento sin fin en el lago de fuego y son dejados fuera de la nueva Jerusalén para siempre, la morada gozosa de Dios y Su pueblo (Apocalipsis 20:10, 14-15; 21:8; 22:14-15). Ver también infierno.

Anselmo de Canterbury (aprox. 1033/4-1109)—Monje benedictino, Abad y teólogo, quien le dio origen al argumento ontológico de la existencia de Dios. Su acercamiento era «fe que busca entendimiento», usando la mente para entender una teología que ya se creía. Su obra más famosa, Cur Deus Homo [Por qué Dios se hizo hombre], era una respuesta a las solicitudes para discutir la encarnación. Esta obra argumenta que Dios se hizo hombre para hacer expiación por la humanidad porque el Salvador tenía que ser completamente divino y completamente humano. Ver también Cristo, deidad de; Cristo, humanidad de; Cristo, obra salvífica de; Cristo, obra salvífica de, posturas históricas.

anticristo(s)/Anticristo—(1) en minúsculas: las personas que se oponen a Jesús y a Su encarnación y (2) en mayúsculas: un personaje falso y final de Cristo. Las predicciones del Anticristo, como otras características principales de las últimas cosas, están ya cumplidas en aparte, pero también tendrán un cumplimiento mucho mayor en el futuro. Juan señaló las apariciones de los anticristos en el primer siglo y sacó una conclusión importante: «ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos» (1 Juan 2:18). Estos anticristos (en plural) son personas que niegan que Jesús es el Mesías de Dios y, por lo tanto, niegan al Padre y al Hijo (1 Juan 2:22-23). Ellos buscan engañar a otros con sus enseñanzas falsas (2 Juan 7). El Anticristo (singular) es el seudo-mesías final, quien se opondrá a Cristo y está por venir. Él es «el hombre de pecado, el hijo de perdición» quien «se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto» (2 Tesalonicenses 2:3-4). Ver también ya pero todavía no; señales de los tiempos.

antiguo pacto—Ver pacto(s).

antinomianismo—oposición a la ley, especialmente como el gobierno para la vida cristiana. Los antinomianos enfrentan la gracia con la ley y afirman estar gobernados por la primera y ser libres de la segunda. Sin embargo, de acuerdo con el Antiguo Testamento (Éxodo 20:5-6; Salmo 119:98), Jesús y Sus apóstoles enseñaron que, aunque la salvación es por gracia y no por guardar la ley, los creyentes están obligados a obedecer la ley (Juan 14;15, 21; 15:10; Romanos 6;14-16; Gálatas 5:13-14; Santiago 2:8, 12). Debido al énfasis en la gracia, los oponentes de Pablo lo acusaron de antinomiano, un cargo que él negó con vehemencia (Romanos 3:8). Los creyentes son salvados y guardados por la gracia de Dios, lo cual debe llevarnos a obedecer a Dios con gratitud por Su gracia. La ley de Dios refleja Su voluntad; por lo tanto, Su ley es buena, y guardarla trae sabiduría y felicidad. La ley condena y lleva a los pecadores a la cruz, pero también es parte de la sabiduría de Dios para vivir de acuerdo con Su voluntad—para Su gloria y por el bien de los creyentes. Ver también ley, usos de; legalismo; santificación; Diez Mandamientos.

antropología—en la teología cristiana, el estudio de la doctrina de los seres humanos como creados en la imagen de Dios.

antropomorfismo—atribuirle a Dios atributos o acciones humanas. Dios es espíritu; no tiene un cuerpo, pero Dios nos habla en términos humanos para poder entenderlo. Por lo tanto, por ejemplo, el salmista habla del poder de Dios de esta manera: «Tuyo es el brazo potente; Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra» (Salmo 89:13). Davis habla de la atención de Dios a los humanos al atribuirle acciones humanas: «Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había alguien entendido, que buscara a Dios» (Salmo 14:2). Ver también antropopatismo; Dios, impasibilidad de; Dios, espiritualidad de.

antropopatismo—atribuirle a Dios emociones o pasiones humanas. Las Escrituras hablan de Dios como si tuviera sentimientos humanos para ayudarnos a entenderlo. El atribuirle emociones a Dios puede observarse con respecto a los celos (Éxodo 20:5), enojo (Números 25:3), arrepentimiento (1 Samuel 15:35), pesar (Génesis 6:6), compasión (Jeremías 31:20), amor (Jeremías 31:30) y odio (Amós 5:21). Dios tiene emociones divinas en vez de humanas. Por lo tanto, las emociones de Dios están libres de los pecados que con frecuencia corrompen las emociones humanas. La tensión se presenta al reconocer con la Escritura que Dios es tanto trascendente como personal, lo cual incluye que tenga emociones. La ocurrencia de antropopatismo en la Escritura no quita que Dios, el Santo, sea sin pecado. Ver también antropomorfismo; Dios, impasibilidad de; Dios, espiritualidad de.

apateísmo—la postura que afirma que creer en Dios es insignificante o irrelevante. Este término fue acuñado por Jonathan Rauch para describir la falta de interés o la actitud relajada con las creencias personales o las de otros. Esta postura conlleva una actitud de apatía hacia cualquier tipo de pregunta sobre la existencia o no existencia de Dios o sobre lo que uno podría creer. Ver también agnosticismo; ateísmo; escepticismo.

aplicación de la salvación—Ver salvación, aplicación de la.

apocalíptico—un género literario bíblico que revela los planes ocultos de Dios para el futuro en el cielo o en la tierra. Son pocas las veces que Dios habla en la literatura apocalíptica, sino que se comunica a través de ángeles y figuras celestiales. Los temas apocalípticos incluyen visiones y símbolos del gobierno de Dios sobre un mundo caótico, Su protección de los creyentes y la victoria final de Su reino sobre los poderes del mal. La escritura apocalíptica aparece en Ezequiel 1–3; Zacarías 1–6; Mateo 24; especialmente en Daniel 7–12 y en ­Apocalipsis. Ver también hermenéutica; profecía.

apócrifos—libros escritos en el período intertestamentario, incluidos en el Antiguo Testamento por el catolicismo romano y la ortodoxia oriental, pero nunca aceptados por los judíos. Estos libros incluyen 2 Esdras, Tobías, Judit, el final de Ester, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico, Baruc, carta a Jeremías, adiciones a Daniel, La oración de Manasés y 1 y 2 de Macabeos. Ver también canon.

apolinarianismo—Ver Cristo, humanidad de, negaciones.

apologética—Defensa formal del cristianismo. Esta incluye las razones para el cristianismo y las respuestas a las objeciones con respecto a la fe. Se hace un llamado en 1 Pedro 3:15-16: «estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros». La apologética cristiana tiene una historia larga, desde los primeros días de la iglesia hasta los escritos más recientes de C. S. Lewis, Ravi Zacharias y William Lane Craig. Los métodos incluyen argumentos racionales y apelaciones a las profecías cumplidas, arqueología y vidas cambiadas. Los temas incluyen la existencia de Dios, la confiabilidad de las Escrituras, el problema del mal, la deidad de Cristo y la resurrección. El objetivo de la apologética es la persuasión y se busca tanto el fortalecimiento de los creyentes como también remover los obstáculos a la fe para los incrédulos. Ver también evangelio; Gran Comisión; misión.

apostasía—Un rechazo de la fe que una vez se profesó. Alguien que comete apostasía (apostata) es apóstata. Los cristianos no están de acuerdo con que los verdaderos creyentes puedan apostatar y nunca volver a Cristo. El arminianismo dice que eso es posible, aunque improbable. El calvinismo dice que es imposible debido a la preservación de Dios de Su pueblo para la salvación final (Hebreos 6:4-12; 10:26-29, 39). Jesús dijo: «y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano» (Juan 10:28). Pablo afirma que nada «nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro» (Romanos 8:38-39). Ver también arminianismo; seguridad de salvación; calvinismo.

apóstol—un testigo ocular del Cristo resucitado, comisionado por Él para extender el evangelio. Edificados sobre Cristo, la piedra del ángulo, Dios hizo de los apóstoles una parte del fundamento de la iglesia. En cumplimiento a las palabras de Jesús, muchos apóstoles escribieron los libros del Nuevo Testamento (Juan 14:26; 16:13-14; Hechos 1:21-22; Efesios 2;19-20; 2 Pedro 1:16-20). Ver también evangelio; inspiración; misión.

apostolicidad de la iglesia—Ver apóstol; iglesia, atributos.

argumento cosmológico—Ver Dios, existencia de, argumentos para la.

arrianismo—Ver Cristo, deidad de, negaciones.

aristotelismo—la filosofía de Aristóteles (aprox. 384-322 a. C.), un filósofo griego durante el período clásico que tuvo una enorme influencia sobre la filosofía y teología occidental. Estudió en la academia de Platón en Atenas. Mientras que Platón consideraba las cosas de nuestro mundo como imitaciones de las formas eternas, Aristóteles consideraba las formas como unidas a las cosas de nuestro mundo, algo que estudió con mucha solicitud. Escribió sobre muchos temas: entre ellos ciencia, metafísica, lógica, ética, poesía, música, retórica, psicología, lingüística y política. Tuvo un efecto profundo en la Edad Media, especialmente en Tomás de Aquino, quien, usando el aristotelismo, sostuvo que la imagen de Dios en los humanos es principalmente racionalidad y enseñó la filosofía detrás de la transubstanciación. Ver también Aquino, Tomás; Cena del Señor, posturas; platonismo; catolicismo romano.

arminianismo—sistema teológico derivado de Jacobo Arminio que fue presentado formalmente por sus seguidores en su protesta («La protesta») en el Sínodo de Dort (1618-19). Posteriormente fue desarrollado por Juan Wesley. Los arminianos de Dort resumieron su enseñanza en cinco puntos: (1) Elección condicional: Dios escogió a las personas para la salvación basándose en la fe prevista. (2) Expiación ilimitada: Cristo murió para salvar a todos los seres humanos. (3) Depravación total: los pecadores son incapaces de salvarse a sí mismos (en acuerdo con el calvinismo). (4) Gracia resistible: por Su gracia, Dios les da a los pecadores la oportunidad de creer o resistir el evangelio, y algunos hacen esto último. (5) Perseverancia: Los arminianos en Dort expresaron incertidumbre con respecto a este punto. Más tarde, Wesley enseñó que los creyentes pueden apartarse de la gracia y perderse. Ver también Arminio, Jacobo; expiación; calvinismo; elección; gracia de Dios; perseverancia; preservación; gracia preveniente; depravación total; Wesley, Juan.

Arminio, Jacobo (1560-1609)—teólogo y pastor reformado holandés cuyas posturas teológicas se convirtieron en la base del arminianismo. Mientras era profesor de teología en la Universidad de Leiden, entró en conflicto con su colega Franciscus Gomarus por la predestinación. Aunque Arminio anteriormente sostenía el punto de vista calvinista, pasó a defender una elección condicional, según la cual Dios elige para vida eterna a aquellos que Él sabe que creerán en el evangelio. Después de la muerte de Arminio, algunos de sus seguidores firmaron «La protesta», un documento teológico que respalda sus posturas. El Sínodo de Dort (1618-19) debatió las posturas de Arminio, condenó el arminianismo y adoptó los cinco puntos del calvinismo. Como resultado, los pastores arminianos sufrieron expulsión y persecución. El arminianismo continuó influyendo en muchos cristianos, incluidos los metodistas, nazarenos y algunos bautistas. Ver también arminianismo; calvinismo; elección; Dios, soberanía de; depravación total.

arras—Ver Espíritu Santo, nombres y descripciones.

arrepentimiento—alejarse del pecado. Distinguimos entre el arrepentimiento y la fe, porque ellos difieren en dirección. El arrepentimiento se dirige hacia el pecado y lo rechaza. La fe se dirige hacia Dios y cree en Cristo. Algunas veces, tanto el arrepentimiento como la fe se enumeran juntos como condiciones para la salvación (Hechos 20:21; Hebreos 6:1), pero con más frecuencia la fe o el ­arrepentimiento son mencionados por separado (Mateo 4:17; 2 Corintios 7:10). El arrepentimiento y la fe son distinguibles, pero inseparables. No son dos condiciones aisladas, sino los dos aspectos de la conversión. La conversión es apartarse del pecado (arrepentimiento) y volverse a Cristo (fe). Cuando las Escrituras nombran solo el arrepentimiento o la fe como la respuesta salvífica al evangelio, el otro está implícito. El arrepentimiento a menudo se refiere a nuestro apartamiento inicial del pecado, que conduce a la salvación (Hechos 11:18; 2 Timoteo 2:25). El arrepentimiento continuo es una parte normal de la vida cristiana y sigue al arrepentimiento inicial. El arrepentimiento continuo es apartarse de los pecados por amor a Jesús y un deseo por la gloria de Dios. El arrepentimiento es una forma de vida que dura hasta la muerte mientras luchamos contra el pecado, soportamos la tentación y nos arrepentimos para andar correctamente. Supone rechazar pensamientos, palabras y acciones pecaminosos repetidamente (2 Corintios 7:9; Apocalipsis 3:19). La idea del arrepentimiento continuo a menudo se observa en las Escrituras sin que se utilice la palabra arrepentimiento (Romanos 6:15-23; Hebreos 3:12-15; 1 Juan 1:8-10). Ver también salvación, aplicación de la; conversión; fe.

ascensión de Cristo—Ver Cristo, obra salvífica.

ascetismo—la posición que