Gato Jazzz: La autodestrucción sostenible
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Vista previa del libro
Gato Jazzz - Guillem R. Dasquens
Primera edición digital: julio 2020
Campaña de crowdfunding: equipo de Libros.com
Composición de la cubierta: Guillem R. Dasquens
Maquetación: Diego Durán
Corrección: Míriam Villares
Versión digital realizada por Libros.com
© 2020 Guillem R. Dasquens
© 2020 Libros.com
editorial@libros.com
ISBN digital: 978-84-17993-93-1
Guillem R. Dasquens
Gato Jazzz:
la autodestrucción sostenible
Índice
Portada
Créditos
Título y autor
Gato Jazzz
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
La autodestrucción sostenible
Estado de ánimo del 27 de febrero
Sirena muerta, te columpia el aire
Nicanor Parra
Poema vulgar de amor
Mala Idea
Atraco de sushi en un banco suizo
Escritos de 1958 (¿59?)
Camino
André Breton
Mamá preciosa
La ducha
Superesquizodeplasticoespocopiadoso
Para una voz de partida, despedida y tequila
Escritos de 1974 (¿78?)
Resurrección
Poema raro de un martes bastante mediocre
Alejandra Pizarnik
Comienza la primavera con dinero: un millón de planes te esperan
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Condón usado
Bukowski
Escritos de 1965
Celebración del ente
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Quisiera acompañaros
Prueba de fe
Mareo
Escritos de 1993 (¿94?)
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Debería ser por tu culpa, pero no
Escritos de 1918 (¿17?)
Adolescencia
Me dicen ven, ven...
Rafael Alberti
Me gustan los trenes
Yo y mi yo y mi…
Cuando andábamos fumados por los parques infantiles a las dos de la mañana
Escritos de la última primavera
Dientes blancos
Mal amor
Una canción punk
Bachiller
Declaración de principios
Poema infantil
Ni de coña es el fin
Epitafio
Mecenas
Contraportada
Gato Jazzz
«Pero yo no quería ser simplemente un mundano. Quería convertirme en el rey de los mundanos. Yo no solo quería participar en las fiestas. Quería tener el poder de hacerlas fracasar».
La gran belleza
I
Quisiera llegar a ser un rey mundano,
el amo y señor de la retórica nauseabunda,
frívola, desquiciante,
un té envenenado lleno de carmín
y huevos de caimán,
pero de momento solo soy un gato,
simplemente un gato jazzz,
cabeceando las calles con el solitario aliento de un pez
que intenta escapársele.
Cabizbajo,
despeñado del más alto moco
semáforo en rojo,
viendo pasar los sueños borrachos
en motoretas de segunda mano,
sacándoles dedo al guarda
que intenta, por piedad, frenarles.
¡Que alguien pare a