La gente que se fue al infierno

Por Dag Heward-Mills

¿Alguna vez te has detenido a hacer esta pregunta tan importante?: “¿A dónde se fue toda la gente que murió?”.
El hecho es que solo hay dos destinos más allá de la tumba: ¡EL CIELO y EL INFIERNO!
Los espíritu de los justos en Cristo van a estar con el Padre en el Cielo, mientras que los espíritus de los que rechazaron a Jesucristo serán echados al infierno.
Este libro asombroso escrito por Dag Heward-Mills, autor de éxitos de librería, no te dejará ninguna duda de que debes evitar el infierno a toda costa. ¡En el infierno hay gente real! ¡Debes escaparte del infierno! ¡Debes nacer de nuevo! ¡No hay otra opción!

• Idioma: Español
• Editorial: Dag Heward-Mills
• Fecha de lanzamiento: 9 abr 2018
• ISBN: 9781683988649

Dag Heward-Mills

Bishop Dag Heward-Mills is a medical doctor by profession and the founder of the United Denominations Originating from the Lighthouse Group of Churches (UD-OLGC). The UD-OLGC comprises over three thousand churches pastored by seasoned ministers, groomed and trained in-house. Bishop Dag Heward-Mills oversees this charismatic group of denominations, which operates in over 90 different countries in Africa, Asia, Europe, the Caribbean, Australia, and North and South America. With a ministry spanning over thirty years, Dag Heward-Mills has authored several books with bestsellers including ‘The Art of Leadership’, ‘Loyalty and Disloyalty’, and ‘The Mega Church’. He is considered to be the largest publishing author in Africa, having had his books translated into over 52 languages with more than 40 million copies in print.

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CAPÍTULO 1

¿A dónde se fueron?

Vuestros padres, ¿dónde están?; y los profetas, ¿han de vivir para siempre?

Zacarías 1:5

¿A dónde se fueron todas las personas que murieron?

Por todo el mundo se llevan a cabo funerales todos los días. ¡Probablemente asististe a uno no hace mucho tiempo! Una vista que es común en cada ciudad, cada pueblo y cada aldea, es una procesión fúnebre o un servicio funerario.

En Ghana, los cementerios están muy activos los fines de semana. Y aunque preferiríamos no pensar en esto, los funerales son un constante recordatorio de que, en medio de la vida, la muerte está siempre presente con nosotros.

Durante los servicios fúnebres, a los muertos se les rinden homenajes vehementes ¡aun si eran malas personas! Sollozamos y mostramos nuestro dolor con música lúgubre eclesiástica en el fondo.

He tenido la oportunidad de observar cómo se conducen los funerales en diferentes lugares. En un funeral, la casa en la que el funeral se llevó a cabo fue renovada y pintada muy bien. Construyeron un camino nuevo que conducía al recinto funerario. Además, el cadáver tuvo diferentes cambios de ropa a lo largo de la noche.

En otro funeral, la persona muerta fue vestida con seis tipos diferentes de ropa Kente (costosa ropa tradicional de Ghana tejida a mano). Su ropa Kente fue cambiada seis veces durante la noche. En otro funeral más, vistieron al cadáver con ropa Kente y luego lo cambiaron y le pusieron un traje. Más tarde lo vistieron como masón.

En otro funeral, una cama especial en la que el cadáver iba a ser colocado en la capilla ardiente fue importada de otro país.

Y aun en otro funeral, la gente se formó cerca de la persona muerta, y todos besaron los labios del cadáver como parte de su despedida.

Estoy seguro de que pocas personas piensan en dónde está el alma de la persona muerta.

¿A dónde se van todas estas almas difuntas? Tus amigos, relaciones y seres queridos que ya murieron, ¿A dónde se fueron? Piensa en esto. ¿Simplemente se deslizaron hacia sus tumbas para descansar en paz? ¿O se esfumaron misteriosamente a otra parte?

¿Qué les sucedió a las víctimas de la Primera y Segunda Guerra Mundial? ¿Qué les sucedió a todos los esclavos que perecieron cuando fueron llevados de África a Estados Unidos? ¿Qué sucedió con los seis millones de judíos que murieron en el holocausto? ¿Qué le sucedió al millón de Tutsis que fueron asesinados en Ruanda? ¿Qué les sucedió a las muchas personas que han muerto de VIH, del virus del Ébola y del Coronavirus? ¿Alguien me puede decir en dónde están nuestros ancestros en este momento?

Una cosa que sabemos con seguridad es que ya no están con nosotros. Así que, ¿a dónde se fueron?

Recuerdo mi horror cuando, siendo estudiante de medicina, entré por primera vez a la morgue. El lugar estaba impregnado del hedor a muerte, y todo a mi alrededor había cuerpos desnudos de hombres, mujeres y niños muertos. Algunos eran jóvenes, otros eran viejos. Muchos habían sido postrados en la plenitud de su vida. Ahí yacían ricos y pobres, lado a lado, todo orgullo y dignidad olvidados en ese horrible lugar. ¿Ese es el fin de la humanidad?

Cuando un hombre muere, su espíritu sale de su cuerpo. Sin el espíritu, el cuerpo está muerto. Cuando Jesús murió en la cruz, la Biblia nos hace saber que Él entregó el espíritu (Mateo 27:50). Esto significa que Él cedió el espíritu. Su espíritu salió de Su cuerpo.

Cuando apedreaban a Esteban hasta la muerte, él dijo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu" (Hechos 7:59).

Aquí podemos ver que cuando un hombre muere, su espíritu sale de su cuerpo. El espíritu no muere.

Aunque el cuerpo se descompone y regresa al polvo, el espíritu vive eternamente.

He visto gente morir en salas de hospital. Casi puedes ver a sus espíritus salir de ellos cuando jadean exhalando su último aliento. Un minuto están vivos y en el siguiente minuto ¡ya no están!

¿Pero, a dónde se van sus espíritus? Vayamos más allá de la tumba y averigüemos a dónde se fueron. De acuerdo con la palabra de Dios, hay una cita a la que todos debemos acudir después de la muerte.

Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,

Hebreos 9:27

Básicamente, este juicio es un tiempo de separación: cuando Cristo, nuestro Juez, tome a los que han rendido sus vidas a Él, y eche a los pecadores rebeldes al infierno.

…y serán reunidas delante de él todas las naciones; y APARTARÁ los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.