La pirámide de El Castillo en Chichén Itzá es un icono tan reconocible en el mundo que ciertamente identifica a México; este edificio construido por los mayas hace mil años está inscrito en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1998, porque representa una obra maestra del genio creativo humano. El Castillo, en su momento, fue la principal construcción de la península de Yucatán, justamente cuando Chichén Itzá alcanzó su máximo esplendor con un estilo arquitectónico emanado del Centro de México. La gran pirámide es un monumento al intelecto, así lo demuestra su armonía que enuncia no solo el equilibrio artístico de las proporciones sino la erudición matemática y geométrica enunciada por la astronomía de manera única en Las Américas. El edificio expresa el lenguaje científico de los mayas de manera suigéneris valiéndose de una narrativa ingeniosa que articula la cosmovisión como interpretación
