![f0064-01](https://article-imgs.scribdassets.com/3lboncvpogcofdga/images/fileSDWS3Q6O.jpg)
![f0064-02](https://article-imgs.scribdassets.com/3lboncvpogcofdga/images/fileGFBVN8GY.jpg)
Aunque oficialmente el monasterio se construyó como conmemoración de la victoria en la batalla de San Quintín contra los franceses, lo cierto es que fue erigido siguiendo consideraciones astronómicas, astrológicas y mágicas y en un enclave que podríamos considerar un auténtico lugar de poder desde tiempos inmemoriales, quizá, incluso, un «tapón » para una de esas bocas del infierno que, según la leyenda, servirían de vía de escape desde el mismo averno hacia la superficie. No olvidemos la religiosidad casi patológica, unida a la superstición de su siglo, del monarca español, que llegaría a reunir en torno a 7.500 reliquias tras los gruesos muros de su templo hermético, émulo del bíblico de Salomón.
A pesar de que el edificio se orientó mediante la puesta de sol del día 10 de agosto, fecha conmemorativa de San Quintín, y siguiendo el eje este-oeste habitual de los templos cristianos, dicha fecha se eligió además en función de la relevancia que se daba a la misma en los horóscopos que trazaron los astrólogos para Felipe II y a los que el soberano otorgó una enorme importancia durante toda su vida.
PRONÓSTICOS Y CARTAS ASTRALES
El Rey (quizá no tan) Prudente contó con varios horóscopos durante su paso por este mundo. El célebre mago renacentista John Dee le trazó uno durante su estancia, carta natal que se encuentra precisamente en la biblioteca escurialense y trazada por Matías Haco Sumbergense, médico, matemático y astrólogo de Carlos V y posteriormente de su hijo, un trabajo de gran elaboración, riguroso, con muchas tablas de correspondencia. Algunos de los contenidos del aparecen incluso disimulados en algunos de los frescos de la biblioteca del monasterio, uno de los lugares más enigmáticos y bellos del complejo.