Si el clima lluvioso lo permitía, la Calle Real era el lugar perfecto para los paseos y las compras de la burguesía coruñesa a finales del siglo xix, al mismo tiempo que en los escaparates de las tiendas se podía contemplar alguna que otra exposición pictórica. Es en ese contexto en el que Pablo Picasso tiene la oportunidad de dar a conocer sus primeros trabajos cuando aún es un estudiante de pintura en La Escuela de Bellas Artes de La Coruña. A través de una crítica de La Voz de Galicia sabemos que, durante el mes de marzo de 1895, con tan solo 13 años, expone El hombre de la gorra en el escaparate de la paragüería de Bernardo Hernández. Lo que le da un carácter particular a este hecho histórico es que el «Sr. Ruiz Blasco» comparte la muestra con una joven pintora de su misma edad llamada Blanca Villarreal y de la que, seguramente, casi nadie ha oído hablar.
OLVIDO HISTORIOGRÁFICO DE UNA PINTORA PERTENECIENTE A UNA DESTACADA FAMILIA DE ARTISTAS
La mayoría de las artistas del xix, y buena parte del xx, tuvieron que enfrentarse a incontables desafíos para ser valoradas en un entorno donde el patriarcado